Además, también tenemos muchas actividades de formación de equipos, como canto en ktv, cena mensual para el personal, juegos de bádminton, etc. No puedo evitar reírme cuando recuerdo el placer de cantar en el KTV con mis compañeros. Fue una velada relajante y feliz. Después de un ajetreado trabajo en la oficina, decidimos ir a KTV para liberar presión y disfrutar de la felicidad que brindan la música y el canto.

Cuando llegamos al KTV, todos estaban llenos de emoción y energía. Nos acomodamos en un cómodo sofá, pedimos bebidas y bocadillos y luego encendimos la máquina de discos. En ese momento, cada uno de nosotros nos volvimos libres y cantamos nuestras canciones favoritas a todo pulmón. El canto llenó la habitación y la alegría se extendió a los demás. Incluso cuando no es nuestro turno de cantar, seguimos cantando en voz alta y disfrutando de la felicidad. En el proceso de cantar, nos acercamos más el uno al otro. Compartimos entre nosotros la diversión y los sentimientos de la vida y el trabajo, nos animamos y apoyamos mutuamente. Esto me hace sentir que incluso cuando estamos sin trabajo, podemos construir una amistad profunda con nuestros colegas y disfrutar del momento feliz.